sábado, 18 de febrero de 2012

30.

Tal vez tardé… pero era casi imposible procesarlo. Ese raro estado entre el mal sueño, el no sueño, los sueños con miedo… Una habitación grande y vacía, una cama pequeña y vacía… Tal vez demasiado grande… Nudos en la garganta y lágrimas y dudas y llamadas desesperadas a las tantas de la madrugada… Y una tarde te abro la puerta como en un día de rebajas. El pistoletazo de salida. Mis hoyuelos. El relevo de mis ganas. Comernos vivos. Los besos que me debías (y me debes). El agua resbalando por mi espalda. La restauración de todo lo destrozado. Todo lo que haces como si no te dieras cuenta. Acoso y derribo. Dejarme caer a ciegas y que estés ahí. Embriagando mi cabeza de alcohol, de risas y de brisas… Noches interminables. Una habitación grande y una cama pequeña y… dormir tranquila sabiendo que no vas a irte.


Buenos días. Hacía tiempo que no me despertaba con una sonrisa en la cara.

martes, 27 de diciembre de 2011

29.

¿Verdadero o falso? Todo vale en el amor y en la guerra.

A ver cómo te lo explico… Es como si hubiera estado toda mi vida a 200 km por hora. Dando bandazos, sin enterarme de lo que pasa a mi alrededor. Era yo, yo, mis sentimientos y después yo otra vez. No me creerás. Pero nadie sabía lo que iba a hacer al minuto siguiente. A veces no lo sabía ni yo. Quería, odiaba, me la jugaba y no me importaban una mierda las consecuencias. Vivía tan rápido que no tenía tiempo para pensar. Vivía con un colocón de cojones de lunes a domingo. Vivía como un puto camicace, sin frenos, sin miedo. ¿Sabes lo largas que son las noches para los que están asustados todo el tiempo?. Para mí todo era blanco o negro, las lágrimas y las risas y la rabia tenían la misma intensidad, todo existía en valor absoluto. Y no puedo decir que me arrepienta. A 200km por hora. Pero un día aparece alguien que te dice que aflojes… Y cuando aflojas es cuando te das cuenta de las cosas. De los pequeños detalles que te hacen sentir bien. De repente supe que el suelo estaba ahí. Y ahí en realidad fue cuando me llené. Recuerdo aquella noche mejor que algunos años de mi vida. Te juro que cierro los ojos y lo único que veo es su cara… Le veo de frente, de perfil, a contraluz y hasta en diapositivas. Y enamorarme fue en aquel momento lo más fácil que había hecho nunca. Y lo sigue siendo. Así que dime con qué excusa llega ahora alguien que me dice que acelere. Alguien que va tan rápido como yo iba. Otro camicace. Sin casco, sin red y con los ojos vendados. Dime con qué pretexto quiere hacerme dudar del único destino, el único camino, del que siempre está en el fondo del vaso, de todos los versos, al final de las copas, el principio y el fin, mi universo, mi corazón, apoyo, respaldo, cimiento… No voy a negarte que la tentación de darme gas otra vez parezca grande. Ir otra vez a 200km por hora… Volver a ser la de “prefiero un montón de noches frías y oscuras a un solo día que no me diga nada”. Pero, ¿sabes qué pasa? Que ha pasado el tiempo. Y ahora me he dado cuenta de que cada vez que llueve alguien se ahoga… Y si aceleras puedes llevarte a mucha gente por delante. Y a él no me lo voy a llevar por delante. Así que ya lo sabes.

jueves, 8 de septiembre de 2011

28.

Me disparas seriedades a bocajarro, pero me levantas la barbilla con la mano, y me llenas de aire, de vocales sin sonido, de sueños. Acojonas mis dudas, cerrando los párpados, después de cada beso en la frente. Me acaricias la cara, vienes, apagas la luz, sintonizas los mejores canales, y te vas… Siempre tienes que irte… Y que volamos y que me enredas y que sigues teniendo un hueco perfecto en el pecho. Ver la ciudad, desde tus ventanas. Me he apuntado los minutos en solitario, pero sonríeme, que se me olvida. Siempre se me olvida. Jamás entenderé tus golpes de efecto, tus defectos, tus miedos. Sólo te pido, que no me anules las ganas ni me nubles los ojos ni me apartes de los recuerdos que todavía no llegaron. Tenernos sin plazos, sin horarios, sin contratos, sin garantías.



La tinta que define todas mis letras...


"Buenas noches, guapa."

jueves, 1 de septiembre de 2011

27.

Lo peor es la sensación de que todavía no está todo perdido. La incertidumbre que aunque no quieras te hace ver una media sonrisa por el balcón que te dice, ¿por qué no?. Cuántas veces te habrán dicho eso de “escucha a tu cuerpo, oye tus emociones…” Cuando en realidad lo que tú quisieras es controlarlas. O simplemente dejar de tenerlas por un tiempo. Tú, la de “prefiero que me duela a que me traspase”. Estás cansada, harta, desanimada, jodida. Estás viviendo en una casa sin ventanas, y aun así, no puedes evitar que entre algo de luz. Todo por ese maldito dicho de cuándo va la vencida. Todo por ese rollo de tus principios, y tal, y cual. Eso de que cada vez que alguien dice “no creo en las hadas”, un hada se muere. Eso de que siempre acabamos llegando allí donde nos esperan. Eso de que el mar nunca rechazará a un río. Es verdad que la esperanza es lo último que se pierde. Ya sea para bien, o para mal.

Mejor sería pincharse y que no saliera ni gota…

martes, 30 de agosto de 2011

26.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos olas
y la noche es océano.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces dos piedras
y la noche desierto.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces raíces
en la noche enlazadas.

Dos cuerpos frente a frente
son a veces navajas
y la noche relámpago.

Dos cuerpos frente a frente
son dos astros que caen
en un cielo vacío.


Octavio Paz


.Que es en la oscuridad donde mejor se ve.


25.

Una vez damos el paso, aunque podamos girarnos a mirar, no podemos volver atrás; y a la vez, la vida no deja de empujarnos; tampoco podemos quedarnos parados. Es más acción que pensamiento. Es una caída constante en algún futuro. Da igual cuánto eches de menos algo; estás donde estás y donde estarás siempre es un lugar distinto de donde estuviste. Porque cargamos con nuestra historia, y procedemos de un lugar. Y este lugar tenemos que cuidarlo. Al igual que el árbol no es sólo tronco ni sólo hoja.


Tenemos la mala costumbre de querer a medias...

24.


Para todos los que llegaron a llamarme fría, ignorantes de que el hielo también quema.