¿Verdadero o falso? Todo vale en el amor y en la guerra.
A ver cómo te lo explico… Es como si hubiera estado toda mi vida a 200 km por hora. Dando bandazos, sin enterarme de lo que pasa a mi alrededor. Era yo, yo, mis sentimientos y después yo otra vez. No me creerás. Pero nadie sabía lo que iba a hacer al minuto siguiente. A veces no lo sabía ni yo. Quería, odiaba, me la jugaba y no me importaban una mierda las consecuencias. Vivía tan rápido que no tenía tiempo para pensar. Vivía con un colocón de cojones de lunes a domingo. Vivía como un puto camicace, sin frenos, sin miedo. ¿Sabes lo largas que son las noches para los que están asustados todo el tiempo?. Para mí todo era blanco o negro, las lágrimas y las risas y la rabia tenían la misma intensidad, todo existía en valor absoluto. Y no puedo decir que me arrepienta. A 200km por hora. Pero un día aparece alguien que te dice que aflojes… Y cuando aflojas es cuando te das cuenta de las cosas. De los pequeños detalles que te hacen sentir bien. De repente supe que el suelo estaba ahí. Y ahí en realidad fue cuando me llené. Recuerdo aquella noche mejor que algunos años de mi vida. Te juro que cierro los ojos y lo único que veo es su cara… Le veo de frente, de perfil, a contraluz y hasta en diapositivas. Y enamorarme fue en aquel momento lo más fácil que había hecho nunca. Y lo sigue siendo. Así que dime con qué excusa llega ahora alguien que me dice que acelere. Alguien que va tan rápido como yo iba. Otro camicace. Sin casco, sin red y con los ojos vendados. Dime con qué pretexto quiere hacerme dudar del único destino, el único camino, del que siempre está en el fondo del vaso, de todos los versos, al final de las copas, el principio y el fin, mi universo, mi corazón, apoyo, respaldo, cimiento… No voy a negarte que la tentación de darme gas otra vez parezca grande. Ir otra vez a 200km por hora… Volver a ser la de “prefiero un montón de noches frías y oscuras a un solo día que no me diga nada”. Pero, ¿sabes qué pasa? Que ha pasado el tiempo. Y ahora me he dado cuenta de que cada vez que llueve alguien se ahoga… Y si aceleras puedes llevarte a mucha gente por delante. Y a él no me lo voy a llevar por delante. Así que ya lo sabes.